Mohamed I

Nuestro gigante Mohamed I en el Palacio Real.

El nacimiento de Mayrit

El emir cordobés Muhammad I (823-886), hijo de Abderramán II, levantó una fortaleza en un promontorio despoblado junto al río Manzanares, en el lugar donde se alzan hoy la catedral de la Almudena y el arranque de la calle Mayor, hacia el año 852, cuya función era la vigilancia de los pasos de la sierra de Guadarrama para proteger Toledo, antigua capital visigoda, amenazada por las incursiones de los reinos cristianos del norte peninsular.

En los alrededores de esta fortificación, se fue creando un pequeño enclave conocido con el nombre de Mayrit (Magerit, para los cristianos), cuyo significado era «tierra rica en agua» y que,  como cualquier ciudad árabe de la época, estaba compuesta de callejuelas estrechas y enredadas, un zoco (mercado) y una mezquita mayor.

Para defender la ciudadela musulmana se construyó una muralla de 12 kilómetros de largo y 15 metros de alto que presentaba una gran calidad en su factura y en sus materiales de construcción, cuyo perímetro abrazaba lo que los historiadores llamarán siglos después la Medina de la ciudad de Madrid.

Muhammad I fue un hombre culto y excelente poeta, pero demasiado influenciado por los alfaquíes, quienes mostraban poca tolerancia religiosa. Las tensiones sociales y religiosas marcaron todo su gobierno.

Falleció el 4 de agosto de 886 y fue enterrado en los jardines del alcázar de Córdoba, junto con sus antepasados.