Lola, la Naranjera

El gracejo y la belleza de una moza sin igual
Lola era una joven de origen humilde del barrio del Avapiés, de principios del siglo XIX, que se ganaba la vida vendiendo naranjas. Era de una belleza inusual, de rasgos delicados y elegantes ademanes, por lo que más parecía una señorita de colegio que una verdulera. Gustaba de la lectura y tenía unos conocimientos muy superiores a muchos de sus vecinos.
Se codeaba con los personajes más variopintos del Madrid de la época, entre los que se encontraba Luis Candelas, el famoso bandido, del que estaba enamorada y del que sólo veía cosas buenas, atribuyéndole carácter de hombre justo y cariñoso, justificando sus excesos y desmanes.
Pero se cruza en su vida Fernando VII, el rey más déspota y veleidoso que ha conocido la monarquía española, quien, encaprichado de ella, usa el vil chantaje para convertirla en su amante.
En una sociedad corrupta, cuyo telón de fondo son las guerras civiles por alcanzar el poder y una injusticia social que obliga a luchar por la supervivencia, Lola es una flor en el estiércol que nos asombra por la blancura de su alma en medio de tanta inmundicia.